martes, 6 de abril de 2010

Segunda Temporada 2010.


Elenco (por orden de aparición):

Carmen: Erika Aristides.
Julián: Juan Nemirosvky.
Carlos: Federico Tomé.
Alicia: Melisa Patriarca.
Dora: Victoria Garay.

Dirección y puesta en escena: Rody Bertol.


VIERNES 9 DE ABRIL, 22 hs.

Teatro : La Manzana (San Juan 1950- climatizada) Rosario.



viernes, 2 de octubre de 2009

‘Soy Julián Bisbal y hoy no quiero ir a trabajar’

Julián Bisbal tiene treinta años, está casado con Carmen y trabaja en las oficinas de Ribaudo, y ‘un día pierde la cabeza’ y, temerario e insatisfecho, decide faltar a un trabajo opresivo y frustrante, con la ilusión de un mañana mejor. ‘Figuraté que pierdes la cabeza’ reza el programa de mano -con una gráfica de un rostro, desdoblado, facetado, móvil- y la lírica de Spinetta funciona a la perfección, también, en la apertura de esta re-lectura del director Rody Bertol, de un clásico de la dramaturgia argentina. Escrita por Roberto Cossa en 1966, fué dirigida por primera vez ese mismo año por David Stivel, con Juan Carlos Gené en la interpretación de Bisbal.
Si el teatro es un encuentro íntimo, en tiempo y espacio determinados, esta relación que el espectador logra con los actores, en ‘Los días de Julián Bisbal’, transita durante los sesenta minutos que dura la obra, y la trasciende: todos somos Julián, Carmen, Carlos, Alicia y Dora. Tenemos frustraciones y utopías, deudas pendientes, sueños y pequeños triunfos cotidianos como los personajes de la obra, y eso es lo que nos permite ser todos y cada uno de ellos. El ejercicio de ese encuentro con la historia de los protagonistas –con muy buenas representaciones de actores que, como ellos, pisan también los treinta-, nos sumerge en la nuestra, resuena, refleja y abisma. Es insoportable, asfixiante y emocionante, todo eso junto. Quisimos dejar el trabajo como Julián –Juan Nemirovsky-, vivimos las pequeñas delicias de la vida conyugal como Carmen –Erika Arístides-, abrazamos la libertad como Carlos –Federico Tomé-, sucumbimos inocentes a la aventura de la infidelidad como Alicia –Valeria Wilter-, y renunciamos a la espera como Dora –Eleonora Arias.Lo valioso del relato es entonces lo atemporal y universal, aunque la puesta se ambiente en los años sesenta –con un cuidado extremo en el vestuario y en el maquillaje-; y la argentinidad asome con convicción, a fuerza quizás, de una tradición de desesperanzas y proyectos inconclusos. La banda de sonido, descansa en una gema del rock nacional como es 'Figuración' del primer LP de Almendra, a 40 años de su publicación y cuyos acordes estremecen con igual intensidad.
Las luces cenitales, direccionadas hacia cada uno de los actores o escenas, nos permiten bucear en historias individuales plenas de protagonismo, ricas en actuaciones y contenido.Con una sala reciclada y acondicionada, y una disposición espacial de doble frontalidad –potenciando lo íntimo del encuentro- el Teatro de la Manzana, es un lugar recuperado para los rosarinos que nos permite seguir disfrutando de las expresiones contemporáneas de un teatro alternativo en ascenso.Mover una pieza del tablero para que, mágicamente y en el transcurso de un día –el más feliz y poderoso- la vida cobre nuevamente sentido. Adelantar dos casilleros y retroceder uno. Volver a jugar. Así transcurren los días de Julián y los nuestros. No es poca ‘cossa’.


txt: Daniela Podlubne

www.clubdefun.com

viernes, 11 de septiembre de 2009

BACKSTAGE RE PLAY WEB

Nota de Re-Play revista.

Los días de Julián Bisbal: un trenzado perfecto

“Figuraté que vuelves a ser el mismo, nada te contenta, y a partir del alba te verás caer, ya sin figurar te verás caer…”Luis Alberto Spinetta.

Por momentos durante la obra me sentí en la piel de Julián Bisbal. Una piel demacrada de insatisfacción, ceguera, cansancio, rutina y confusión. Un camino desfigurado que se vuelve más extraño a cada paso. Una vida construida por alguien ajeno a uno mismo, una fuerza mayor tal vez, que pende de un hilo en la palma de la mano, a punto de ser soltada, perdida; tambalea pero no llega a caerse, no se pierde, no se cambia; el temor a lo nuevo la envuelve rápidamente para conservarla. Temor a que nos cueste tanto perseguir nuestros sueños o ideales, y a correr el riesgo de que todo lo perdido sea en vano, hacen que esa vida se mantenga en la palma de Julián Bisbal oscilando por un día entero en el cual transcurre la obra.
Con Spinetta a la cabeza de la banda sonora (seleccionada cuidadosamente por el actor Marcelo Lamberti), Los días de Julián Bisbal se ambienta en la década del sesenta. Pasamos una tarde con el elenco de la obra, su director y equipo técnico. Queríamos saber cómo era preparar una función desde el comienzo. Y descubrimos que es algo muy artesanal, tal como resultó el trabajo de construcción para el “Centro Experimental Rosario Imagina”, responsable de esta pieza imperdible. Entre barrer un poco el patiecito del teatro “La Manzana”, ordenar las entradas, hacer café para despertar - porque la función del domingo viene con un plus de sueño- y un despliegue de artefactos y pinturas para las tres protagonistas de la obra: Erika Arístides (Carmen), Valeria Wilter (Alicia), y Eleonora Arias (Dora) para lograr peinados voluptuosos como el de Valeria o cabelleras largas y lacias en extremo, como las de Erika y Eleonora, las tres con los ojos marcadísimos y las pestañas infinitas. No se quedan atrás Federico con un peinado engominado que lo transforma en otra persona, en Carlos, más exactamente, y los bigotes postizos de Juan que le aportan algunos años más de edad.Teatro independiente de alta calidad, de alto profesionalismo. Una escena prolija, medida, donde nada falta y nada sobra, no hay expresiones melodramáticas ni falta de expresión, está todo lo que tiene que estar en su medida justa: una sensación sostenida durante toda la obra, una tensión que se afloja con algunas partes de humor que no dejan de estar atravesadas por el drama.Entre el polvo encontré…Un vestido azul de doce pesos en la feria retro, jumpers y poleras de madres, accesorios tal vez de abuelas, Juan que se olvidó las medias de vestir y se consuela diciendo que si alguien le mira las medias es porque está actuando bastante mal. Una banda de sonido cuidadosamente elegida, una iluminación que direcciona la atención perfectamente, todo en su lugar y todo por demás de cuidado. Y todo, acompañado de actuaciones impecables, creíbles, reales, personajes entrañables, tan como uno mismo, simples y complicados a su vez.El autor de la obra es Roberto Cossa, “un joven autor que hoy es un maestro… sabe capturar de una manera inigualable ese nervio del ser de los sectores medios. Sus criaturas son caprichosos individualistas, arrebatados ilusos, queribles desencantados, temerarios ambiciosos”, en palabras del director de la puesta, Rody Bertol. A la obra la sacaron digamos, de un cajón viejo, lleno de polvo, tal como a los vestidos, pero cuando lograron esfumar el polvo, se encontraron con una joyita, y envueltos en el “efecto Bisbal”, se enredaron en una historia de la cual hoy, muestran un trenzado perfecto.

Los días de Julián Bisbalde Roberto Cossa
Sábados 22 hs.
Teatro La Manzana (San Juan 1950)

Elenco: (por orden de aparición)

Carmen: Erika Aristides
Julián: Juan Nemirovsky
Carlos: Federico Tomé
Alicia: Valeria Wilter
Dora: Eleonora Arias

Ficha técnica:
Asistencia de dirección: Melisa Patriarca
Dirección y puesta en escena: Rody Bertol
Asistencia técnica: Fernanda Marchesani
Banda de sonido: Marcelo Lamberti
Luces: Alejandro “Chavo” Ghirlanda
Operador: Axel Siebenrock
Escenografía: Rosario Imagina
Coros: Patricia Rabiossi
Asesoramiento en vestuario y maquillaje: Ramiro Sorrequietta
Producción: Centro Experimental Rosario Imagina.

http://www.replayrevista.com/nota.php?id=25